La Misión apostólica de la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús Pobre es “El cuidado de los niños y jóvenes en sus necesidades espirituales, corporales, morales y religiosas”
Conscientes de esta tarea las Hermanas María Angelina P.I.J. y Carmen Helena P.I.J., deciden, con la aprobación de sus superioras, en los comienzos del año 1.957 iniciar un trabajo apostólico con la población marginada de los Barrios Girardot y Belén. Su meta es el servicio y ayuda caritativa a los enfermos y necesitados, especialmente a los niños. Estas visitas eran domiciliarias, lo que dificultaba la labor. Por ello en Febrero de 1.958 con la aprobación de la Superiora Provincial, la Madre Beata María P.I.J., alquilan una casa amplia en el Barrio Belén, diagonal a la parroquia, donde inician la educación para adultos, alfabetizando y dando conocimientos de higiene y salud.
A esta obra se le dio el nombre “COR JESÚS“, en homenaje al Sagrado Corazón y recibe la aprobación eclesiástica de parte de Monseñor Luis Concha el 17 de Noviembre de 1.959.
Posteriormente se abre un servicio médico y odontológico, se ofrecen cursos de corte y confección para las señoras, y se inicia el trabajo con unos grupos de primaria.
En 1.963 y 1.965 respectivamente, se compran las dos casas antiguas y se acondicionan los salones, para completar los grupos de primaria. En 1.966 funcionan los cinco cursos básicos como anexos a la Normal del Colegio Ateneo Femenino.
Con el deseo de prestar un mejor servicio, se hace la demolición de las casas antiguas y para 1.967 y 1.968 se amplía la construcción para dar más cobertura. En 1.979 la primaria completa recibe la aprobación de la Secretaría de Educación y la Alcaldía de la Candelaria.
En 1.982 se hace el cambio de nombre del Colegio del latín al español, llamándose así Centro Sagrado Corazón.
Viendo la gran necesidad de atención al menor desprotegido, especialmente en los barrios de la periferia de Bogotá y con la experiencia de trabajo de la Congregación en otros campos distintos a la educación formal, la Hermana Rosalba P.I.J. comienza en 1.980 la averiguación ante el I.C.B.F con el fin de poder trabajar con niños pequeños. Con el permiso de la Madre Clara Ángela P.I.J. Superiora General y de la Madre Teresina P.I.J. Superiora Provincial inicia una experiencia en un hogar de niñas de la calle.
En Junio inicia trámites con el fin de realizar un convenio con el I.C.B.F y poder instalar un Jardín Infantil en la casa del Barro Belén, como parte del trabajo de la Congregación con niños pequeños.
Con la ayuda del Señor, que va mostrando su voluntad, el trámite se hizo en un tiempo record de seis meses y se firma el primer contrato en el mes de Diciembre, con el fin de iniciar labores en el próximo año con 100 niños.
La Provincia decide instalar en Belén una Comunidad de Hermanas y es así como destinan para allí en 1.981 a las Hnas. Clara Isabel P.I.J., Rosa Inés P.I.J. y Rosalba P.I.J. respectivamente, quienes llegan a la casa el 1º de Febrero, asumiendo la Hna. Rosalba P.I.J. la responsabilidad de todas las actividades.
Se inician labores con el Colegio el 3 de Febrero y se busca reunir el número de Niños pedidos por bienestar para comenzar en el Jardín. Cómo pasan los meses y eso no se logra, se toma la decisión de iniciar labores con 80 pequeños el 1º de Junio, recibiendo niños desde los 2 meses hasta los 7 años, con la denominación de C.A.I.P. “LOS PINOS“. Los términos del contrato determinaban que el Hogar Infantil pertenecía al I.C.B.F., quien asumía todos los gastos para su funcionamiento y la Comunidad Religiosa daba en arriendo las instalaciones.
Inicialmente se adaptaron salones del Colegio para tal fin, por lo cual fue necesario establecer doble jornada en la Primaria. Un aula grande se adaptó para los 3 primeros niveles, es decir: Salacuna, Caminadores y Párvulos. Los Preescolares se ubicaron en salones del Colegio.
Las instalaciones no eran muy apropiadas para los pequeños y la doble jornada era incómoda para la labor de conjunto. Por eso gracias a la ayuda de la Congregación y de los innumerables Bienhechores de la obra, se logra en 1.982 adquirir un lote en la parte posterior de la casa, donde se construye un nuevo edificio para el Colegio, que se inaugura en 1.984. Se inicia así la remodelación del 1º bloque adaptándolo a las necesidades de los niños pequeños y trabajando así durante este tiempo en situaciones precarias, pero con mucho entusiasmo y la idea de un mañana mejor.
Con una planta física amplia y bien adaptada, se pensó en ampliar la cobertura. Se hizo la solicitud con tal fin al I.C.B.F., pero ésta fue rechazada por falta de presupuesto. La Madre Teresina P.I.J. como Superiora Provincial, estudió otras alternativas y es así como en 1.985 se cambia de modalidad en el contrato con el Instituto y se acoge mejor el programa de Lactantes y Preescolar, modalidad con la cual el Instituto da un aporte por niño y el Hogar se considera de la Congregación asumiendo ésta casi todos los gastos. Es así como se amplía la cobertura hasta 220 niños, recibiéndolos de los 20 barrios aledaños al jardín.
El Hogar Infantil, desde su fundación ha querido brindar una educación integral a los niños provenientes de niveles sociales bajos y a la vez irradiar su influencia a las familias de dichos niños con el fin de orientarlos en todos los aspectos que conforman el proceso formativo del niño y motivarlo para que se integren a las labores aquí desempeñadas, siendo agentes multiplicadores en la Comunidad.
La historia del Hogar Infantil se teje cada día; donde todos sus miembros aportan sus conocimientos, su cariño y toda su persona para hacer de los pequeños forjadores de la historia.
En 1.991 ante los nuevos cambios educativos, el personal docente estudió e implementó el Proyecto Pedagógico Comunitario del I.C.B.F. y obtuvo la aprobación del Ministerio de Educación Nacional, para los grados del preescolar, como parte del Centro Sagrado Corazón.
En 1.991 el personal docente estudió e implementó el Proyecto Pedagógico Comunitario del I.C.B.F.
En el año 2015 se realizó el cambio de modalidad de Lactantes y preescolar a Hogar Infantil. En esta modalidad el ICBF da un aporte para la alimentación, un porcentaje para el pago de la nómina del talento humano y la adquisición de material didáctico. Los demás gastos son cubiertos con el aporte mensual de los padres de familia y los aportes de la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús Pobre.
Los pequeños, que diariamente acuden a nuestro Jardín, reciben en él calor de Hogar, estimulación temprana, desarrollo de las capacidades intelectuales, psicomotoras y sensitivas mediante diversas actividades pedagógicas. Alejados de situaciones difíciles, de violencia intrafamiliar y de la carencia de lo más necesario, los niños disfrutan de un ambiente acogedor, lleno de alegría y paz, donde puede desarrollarse en libertad y armonía. El mayor regalo que podemos dar a estos niños, como dice Antonio Pérez Esclarín, es nuestra incondicional aceptación de ellos.